Evan Lennox no va a ninguna parte.
Ella está viviendo con sus abuelos después de que sus padres pagaran su fianza, la expulsaron de su lujosa escuela privada, su ex novio probó ser un aprovechador inimaginable, su antigua mejor amiga es una traidora, y su actual mejor amiga está atrapada en la desconocida Nueva Jersey.
Para colmo, un pequeño, pequeñísimo incendio que ella inició para quemar algunos recuerdos de su ex se sale un poco fuera de control y termina incendiando una buena parte del huerto de una familia muy poderosa.
Evan termina en la corte y recibe una sentencia de servicio comunitario.
Sabe que lo merece.
Pero la ardua labor y la humillación pueden ser su perdición.
Hasta que conoce en el lugar a Winchester Youngblood.
Todo acerca de él es intrigante, confuso, no es todo lo que parece, y es tan sexy, que Evan no puede evitar acercarse.
Pero cada paso que da para llegar a conocerlo le da más razones para alejarse y ponerlo lo más lejos posible de su vida.
Porque Winch es 100% complicaciones, y Evan no está buscando eso.
Para nada.
Necesita conocer a un chico amable y responsable, no compartir besos ardientes con un encantador estafador que conoció después de que ambos fueran sentenciados en la corte.
Pero Winch es mucho más de lo que parece, y Evan se da cuenta de que se está enamorando del chico al que todos subestiman y condenan.
Y Winch se da cuenta que Evan es la única persona que lo desafió a exigirse más en la vida, y que su valentía lo inspira a intentar ser la persona que ella ve cuando lo mira. Con cada extraño en sus contras, Evan y Winch necesitan averiguar si tienen lo que se necesita para enamorarse el uno del otro.
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